Entradas

Tres días con los endemoniados, de Alardo Prats y Beltrán, 1929. (3/7)

Imagen
TRES DÍAS CON LOS ENDEMONIADOS  Alardo Prats, 1929 Edición El Inquilino Guionista, 2020 El pueblo escéptico y aprovechado Pueblo de Zorita. En la noche. Callejones retorcidos, en cuesta. Calles escalonadas, con el piso de gruesos guijos relucientes, afilados por el paso de las generaciones de nueve siglos. Trescientos vecinos se cobijan en estas casas, que escalan el montículo que les sirve de base, formando un laberinto de callejas de un encantador carácter medieval. El viejo reloj de la torre de la Iglesia —un torreón con aspecto de baluarte castrense— parece haberse librado del sincronismo tiránico del meridiano general. Las horas parecen interminables. Caen los lamentos de la campana, lentos, en la noche. Sobre las callejas pinas pesa el misterio del nocturno rural. Nos perdemos en el laberinto. Nos acompañan el cabo de la Guardia civil, comandante del puesto de Zorita, D. José Pitarch; el médico D. Enrique Boldó Gil y el secretario del Ayuntamiento, D. Enrique Morelló. —Todos ...

Tres días con los endemoniados, de Alardo Prats y Beltrán, 1929. (2/7)

Imagen
TRES DÍAS CON LOS ENDEMONIADOS Alardo Prats, 1929 Edición El Inquilino Guionista, 2020 La endemoniada de Codoñera Un amplio portal de piedra sin labrar da entrada a la hostería cercana a la cueva milagrosa. Para llegar a ésta se asciende por una escalera, empedrada de guijarros, en cuyos intersticios crece menuda hierba. Al final, un amplio zaguán, abierto a la noche y al abismo por dos arcos de esbeltas columnas.  Tiemblan unas luces mortecinas en la estancia, por donde van y vienen los romeros. En el alto techo y en las paredes con salientes rocosos, contradanza de sombras. Hasta la puerta del zaguán ha llegado una recua de caballerías, que conduce un grupo de campesinos. Se aprestan éstos a descargar uno de los animales. Lleva puesta sobre la albarda una enjalma de palmón.  Sobre la enjalma, una mujer envuelta en una manta negra, atada fuertemente, como un fardo, con cuerdas que le sujetan brazos y piernas: una endemoniada. Cinco campesinos intervienen en la faena. Desatan ...

Tres días con los endemoniados, de Alardo Prats y Beltrán, 1929. (1/7)

Imagen
TRES DÍAS CON LOS ENDEMONIADOS Alardo Prats, 1929 Edición El Inquilino Guionista, 2020 En el túnel de la noche Cinco trenes, como cinco galgos negros, prestos a emprender la carrera sobre la llanura, esperan la señal de la partida. Unos tienen la meta en las provincias del Sur; otros, en las claras ciudades de levante. Expreso de Valencia. Ya ha ganado el tren las agujas. Él mismo se da ánimos con agrios pitidos para acrecer su marcha. Un momento, y el recinto de la estación queda allá lejos. Entre las tinieblas que lo envuelven parpadean unas luces verdes, amarillas, rojas. Sobre la ciudad, la noche. Y en la noche, el reflejo de los soles artificiales que iluminan el nocturno ciudadano como un inmenso vaho de incendio. Danzan los puntos de luz en el campo: pueblos castellanos arropados con sombras. Tren cara a la noche profunda que acaba de dorar en el cielo azul obscuro un enjambre de luceros da misterioso escintillar. Marcha rápido por el túnel tenebroso de la noche—el túnel que com...