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Tres días con los endemoniados, de Alardo Prats y Beltrán, 1929. (7/7)

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TRES DÍAS CON LOS ENDEMONIADOS 7/7 Alardo Prats, 1929 Edición El Inquilino Guionista, 2021 Danza del fuego En la ingente mole negra de la montaña, hogueras. Primero —rojas interrogaciones misteriosas— han aparecido bordadas en las densas tinieblas de la noche septembrina unas llamas aisladas, cuyas finas lenguas se abaten al soplo del aire serrano; tiemblan y vacilan, reptan como serpientes en la obscuridad y suben hacia el cielo rectas, empenachadas de humo y de las luciérnagas fugitivas de las chispas. Momentos después las hogueras se han multiplicado. Fuego en el monte. Arde la vertiente en llamas poderosas, crepitantes, gigantescas. Los bosques de pinos y sabinas se pueblan de rojos resplandores temblorosos. En los calveros acampa, al calor del fuego, la multitud. Desde el cauce del río a la cúspide del monte, llamas. Y en torno a las llamas, gente que canta, come y bebe. En los degolladeros de tijera, ahora han reemplazado a las reses cueros enormes de vino. Vino de un rojo obscur

Tres días con los endemoniados, de Alardo Prats y Beltrán, 1929. (6/7)

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TRES DÍAS CON LOS ENDEMONIADOS Alardo Prats, 1929 Edición El Inquilino Guionista, 2020 El umbral del misterio La multitud, que llena la enorme caverna, se ha renovado constantemente durante esta jornada de pesadilla. Más de doce mil personas llevarán a los más apartados pueblos el pregón de la milagrería de la Balma. Propagarán la fama de los «prodigios» con el entusiasmo de quienes los han visto de cerca. El demonio, la imagen, y cuantos de toda esta tramoya terrorífica y de estas insensatas mixtificaciones hacen granjería, tendrán en ellas creyentes firmes y apologistas convencidos. La superstición y fácil credulidad de las gentes, ¿podrán llegar jamás a un límite de racional cordura, una vez presenciadas las escenas monstruosas que se han desarrollado en el interior de la cueva? La montaña sagrada seguirá irradiando su influencia milagrosa sobre los pueblos. Su caverna continuará siendo una puerta de esperanza para enfermos y alienados; umbral de la zona misteriosa donde, entre rosa

Tres días con los endemoniados, de Alardo Prats y Beltrán, 1929. (5/7)

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TRES DÍAS CON LOS ENDEMONIADOS  Alardo Prats, 1929 Edición El Inquilino Guionista, 2020 Los niños embrujados Un grito unánime en las bocas: —¡Angelitos! ¡Angelitos! La gente, cruel y fanática que momentos antes contemplaba con un mal contenido regusto sensual —sensualidad extraña e inconfesable— las escenas que se han desarrollado hasta ahora en el semicírculo de la angustia, se siente transida, por un sentimiento de piedad. El espectáculo de estos tres niños que han depositado las brujas junto a los cirios encendidos junto el ara de los prodigios, conmueve las raíces de las almas más duras. —¡Angelitos! ¡Angelitos! —¿Cómo es posible que estos tres infantes sufran a su tierna edad los tormentos horribles de la posesión diabólica? —Interrogo. — ¡Voluntad de Dios! Hay niños que en el claustro materno ya son presa de la maléfica influencia de los diablos. No se puede medir hasta dónde llega el poder de un maleficio. ¡Ni el abismo insondable de brutalidad y superstición que estas palabras

Tres días con los endemoniados, de Alardo Prats y Beltrán, 1929. (4/7)

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TRES DÍAS CON LOS ENDEMONIADOS  Alardo Prats, 1929 Edición El Inquilino Guionista, 2020 La campana de los endemoniados Desde el alba al ocaso canta la campana de la ermita su canción de bronce batido, en el campanario tallado en la roca. Tiembla el clamor de su voz, grave, profunda, imponente, en el aire delgado y sutil de la fresca mañana. Voltejea como impulsada por un loco. Enmudece un instante y torna a cantar más a prisa; canción angustiosa que multiplican los ecos en las hondonadas de los montes, hasta que se pierde en el húmedo silencio del verdeobscuro terciopelo de los bosques de pinos y sabinas. Retumba en los pasadizos y túneles que conducen a la cueva, como si diez campanas a un mismo tiempo lanzasen sus clamores en loca algarabía sobre los abismos. Como si en el interior de cada espelunca de la montaña 10.000 demonios de los infernales ejércitos batiesen en 10.000 yunques las corazas de bronce para su defensa en la batalla de exorcismos que contra ellos han empezado las ge